20 diciembre 2006

Momiji


Los árboles tardaron en vestirse de rojo, tuvimos que esperar a diciembre para verlos en todo su esplendor, y el lugar elegido fue el parque Rikigien de Komagome, por supuesto en Tokyo. Estamos calentando motores para el viaje a Kyoto de diciembre, en tren superborreguerro estelar del populacho, donde ir de pie y apretado por todos lados es un lujo asiático, nunca mejor dicho.

Falta de sueño

Así es la vida de los estudiantes que combinan las clases con el trabajo. Y no sólo ellos, normalmente todo el mundo va tan ocupado que no hay tiempo ni para descansar lo suficiente. Aquí están dos compañeras de clase que aprovechan los 3 minutos de pausa para echar un sueñecillo, las pobres. Es algo cotidiano. Hay días en los que he llegado a ver a todos durmiendo a la vez de esta guisa... alucinante. Y en los trenes, para qué contar. Todo el mundo va durmiendo... ¡incluso algunos lo hacen de pie y todo!

Poco a poco empieza a cobrar sentido el que todas las calles tengan su máquina de café...

17 diciembre 2006

La torre de Tokyo

No, no es que sea ningún fan terminal de las torres, es que simplemente coincidió que al volver de Nagoya pensamos que tendría gracia comparar ambas, así que nos fuimos a ver que tal se veía la Tokyo Tower de cerca.

No hay ninguna estación de tren que deje por su zona, así que no hubo más remedio que salir desde la estación central y andar cerca de una hora hasta dar con ella. El lujoso barrio de Ginza nos venía de camino, pero nos hicimos un lío con las calles y cuando quisimos sarnos cuenta ya lo habíamos dejado atrás. Otra vez será, pues. Para compensarlo, en la zona de Ebisu nos encontramos con una estatua de Godzilla... del tamaño de un perro, pero era Godzilla al fin y al cabo. Ya le dedicaré su apartado especial un día de estos.

Y en lo que respecta a la torre... pues nada, se ve que es una burda copia de la torre Eiffel de París y encima subir hasta arriba costaba bastante panoja, por lo que decidimos irnos con la música a otra parte. Tanto para nada.