27 octubre 2006

Relatos del santuario de Narita (2)

Por fin, una pagoda...

Una de las cosas que más ilusión me hacía de Japón era la oportunidad que este país ofrece al viajero de descubrir estas construcciones tan emblemáticas. Lástima que no nos dejasen entrar en el interior, pero otra vez será, estoy seguro.

De todos modos, el guía del templo de Narita nos regaló una fantástica explicación acerca de su simbología: al parecer, las pagodas se erigían siempre con una plegaria a los dioses en mente, y esta en concreto, entre sus muchas motivaciones, contaba con la esperanza de que que los dioses al verla librasen a todo residente de pesadillas. Unas criaturas grabadas a la altura del suelo del segundo piso velarían el sueño de los habitantes de la pagoda, encargándose de engullir toda visión que pudiera atormentarles.

Por cierto, se suponía que toda la clase debía seguir los pasos del guía, pero cuando quise darme cuenta estaba a solas con él, con lo que no tuve más remedio que darle algo de conversación. Resultó ser un hombre muy cercano, que había estado en España una vez para visitar el museo del Prado. Me llamó la atención que no cobraba por enseñar el templo, era un voluntario de avanzada edad que únicamente se encontraba muy a gusto en sus confines y a quién no le importaba compartir su tiempo allí con los boquiabiertos visitantes.

2 comentarios:

Phantom Kaizoku X dijo...

Hitottsu!

Phantom Kaizoku X dijo...

Que suerte! Ese a mi gusto, es el mejor tipo de guia (profesor, o cualquier otra profesion de cara al publico) el que lo hace por gusto.
No sabia lo de las pagonas, eso ha sido muy ilustrativo. Se de algunas personas que deberian pasarse por esa pagoda en particular. :P